jueves, 24 de mayo de 2012

CON LA MIRADA DE UN NIÑO.

Siempre el capataz pensó en ellos. Cuando todo el mundo habría de par en par sus sentidos para empaparse del cúmulo de sensaciones, que nos aprestábamos a presentar, como el fruto del trabajo de todo un año…el capataz, siempre pensó en ellos.
No es vanidad, ni oportunismo, ni si quiera la osadía de hacer protagonistas a ellos que aun ven todo esto como un maravilloso juego…pero os lo aseguro…cuando la Cruz de Guía rompía decidida la oscuridad de la penumbra del templo y se envolvía en la esplendorosa luminosidad de la tarde, siempre rodeada de ellos….el capataz, en la soledad multitudinaria del momento….siempre pensó en ellos.
Con el respeto que la ocasión merece, y pedida respetuosamente la preceptiva autorización, paró el paso donde siempre…y preguntó por ellos…¿Dónde están?...La respuesta fue la esperada…Están esperando al Señor en la puerta…puedes sacar el Paso…
Y ajustando costeros y cruces, fintando con alardes costaleros el cerco, que parece que año a año se hace más estrecho, arriando los cuerpos, hasta casi romper la espalda de la cuadrilla, fue saliendo poco a poco, sin prisa, el paso del Señor, del NAZARENO. Y cuando se había franqueado una vez más el arco ojival que guiña los ojos del templo al sol y al sur, el capataz miró y allí estaban. Paro el Paso, se fue a ellos y les preguntó…¿Os ha gustado?...la respuesta fue unánime y afirmativa, aun no habían salido del asombro que les produjo lo acontecido.
Este año, ellos,  los niños que escoltan la Cruz de Guía de la Antigua y Venerable Hermandad de Jesús Nazareno, y que apenas pueden observar en la lejanía al SEÑOR DE LA CIUDAD, habían sido los privilegiados de ver salir a su NAZARENO, mejor que nadie, … ¡Ya era hora!.Os lo aseguro…si bonito es ver salir al Señor, no os perdáis sus caritas…ESE ES EL VERDADERO ROSTRO DEL SEÑOR.

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