NO HA SIDO UN SUEÑO

Como algo que el corazón guarda celosamente en su regazo, amaneció aquel 25 de marzo. Las amenazas de una climatología adversa se disiparon al abrir aquella ventana y ver al astro rey asomarse entre los árboles de la acera de mi casa, porque decididamente no estaba dispuesto a perderse lo que a la tarde sucedería.
El camino a San Pedro, a mediodía, hizo poner ese nudo en el pecho ante la responsabilidad que acechaba en cada calle...en cada esquina...y subiendo la rampa y echar una mirada a la torre confirmó el presagio, DOMINGO DE PASIÓN, y un suspiro de su hondo aliento, dio paso a la solemnidad del culto grande.
Y llegó la tarde, y como un sueño fueron pasando todos los momentos, todas las calles, todas las esquinas.
Se preparó todo para que el SEÑOR DE LA CIUDAD, se paseara como nunca lo había hecho hasta entonces, y así fue. No son méritos de nadie, pero es mérito de todos, porque desde Su paso, nos inculcó esa forma nuestra de hacer las cosas como a El le gusta.
Mecías que rozan la perfección, si no son la perfección misma, regaló la cuadrilla al pueblo de Ciudad Real. El tiempo parecía dormirse en cada revirá, en cada punto señalado. Los enfermos, los ancianos, los niños, las monjas.....y el Pasaje...La salida, la entrada, la banda (Que más magistralmente no se puede tocar) todo parecía estar envuelto en algo especial, todo lleno de pasión nazarena que se volcaba al que es Su Señor.
Como en un suspiro pasó todo, y ni el martillo del ahí quedó quiso sonar para que lo hecho no acabara nunca, porque lo que sucedió el pasado domingo día 25, será INOLVIDABLE y en la memoria de la gente del NAZARENO perdurará por siempre.