Vamos a continuar esta 1ª parte de la preparación del costalero, con otra de las zonas importantes de nuestro cuerpo, que al ser costaleros, requiere de nuestro cuidado y atención, esta es la zona cervical de la columna vertebral.
Las vértebras cervicales son de vital importancia para el movimiento de nuestro cuello y por tanto de la cabeza, por lo que su buen estado nos permitirá hacer movimientos tanto de arriba a abajo, o de izquierda a derecha o al contrario, sin el más mímino problema.
En el trabajo costalero es también muy importante, pues en la septima vértebra cervical, es donde igualan los capataces. Esta vértebra es de fálcil localización, ya que cuenta con una apófisis espinosa más prominente, situada en la parte inferior del cuello.
El cuidado de esta zona, se encamina en primer lugar ser correctos en el trabajo, ya que si los capataces igualan en la 7ª vértebra, es donde tenemos que colocar la trabajadera, y por tanto hacernos la ropa de la manera correcta para que esto se cumpla. También es aconsejable el ejercitar los musculos del cuello (con mucho cuidado) para fortalecer la zona. Como en anteriores entradas os aconsejamos el asesoramiento de profesionales.
Otro factor de cuidado importante de esta zona es la hidratación de la piel, pues la presión a la que sometemos esta zona es importante y requiere estar bien hidratada para evitar en lo posible el que ser nos raje el cuello.
Las lesiones cervicales más importantes son las hernias discales (muy peligrosas en esta zona), las contracturas (momentáneas o crónicas), los problemas musculares o de artrosis, y por supuesto las clásicas heridas causadas por el propio trabajo.
Ya se está cerrando este frio enero, que pone el punto de partida a las igualás, a los preparativos de las parihuelas, a los primeros cultos de las cofradías, a los primeros ensayos. Desde nuestro blolg, os animamos a que seáis disciplinados y preparéis vuestro cuerpo para el maravilloso reto que se nos avecina, y que no es otro que el renovar el rito que heredamos de nuestros mayores de sacar a las calles la Pasión, Muerte y Resurrección de Nuestro Señor, bajo la mirada dolorosa y dulce de su Santísima Madre. ¡FUERTE P´ARRIBA!.
Especial cuidado temenos que tener con nuestras rodillas, pues es el punto más vulnerable de nuestras piernas. En ellas se originan el porcentaje más elevado de lesiones graves relacionadas con el trabajo del costalero. Todos los ejercicios que realicemos, debemos de hacerlos con el objetivo de cuidarlas exquisitamente. Lesiones de ligamentos, menisco, luxaciones, etc, son lo suficientemente importantes como para que nos tomemos en serio esta cuestión. 
También, y a modo de prevención de lesiones graves de espalda, es importantísimo la DISCIPLINA POSTURAL en la vida cotidiana: La forma de sentarse, de dormir, de mover cargas, etc., si lo hacemos de forma correcta, evitaremos, o por lo menos minimizaremos, este riesgo de lesiones. Y si esto lo llevamos al trabajo que realizamos debajo de los pasos, esta disciplina será aun más importante. TRABAJAR POR DERECHO, sin forzar la espalda y evitando en lo posible arqueos peligrosos, seran aspectos vitales para que nuestra vida de costalero sea lo más larga y productiva posible. A veces es mejor ser sincero con el capataz y comunicarle cuando las cosas no van bien, que callarnos, forzar nuestra columna y después lamentar situaciones irreversibles.
